Llamamos a instalar los Estudios de la Improvisación en los territorios de la ñ. Ahí donde se denosta a los improvisad_s, afirmar el carácter originario y fundante de la improvisación –que también damos en llamar extemporización–, entendida como la capacidad para negociar con gracia la diferencia entre el conocimiento y sus límites, los planes y la vida. Más aún, en tanto práctica relacional, procesual e indeterminada, la improvisación nos exhorta a imaginar soluciones colectivas y creativas frente a panoramas complejos y cambiantes. Tal como hace falta en todos los campos de la cultura, la sociedad, la política, la ciencia, la técnica y el medio ambiente. Sin excepción. De donde se desprende que en nuestro tiempo, cuando una vez más se apuesta a calcularlo todo, es fundamental responder con una relación con la improvisación que sea afirmativa.
Nuestra apuesta es por seguir tejiendo una creciente red internacional de investigador_s y creador_s que multiplique sus integrantes, sus frutos y sus posibilidades con miras al cultivo del campo de la improvisación por venir.
¡Bienvenid_ a esta máquina extemporizante!